Los gigantes españoles del lujo solo se llevan el 1,5% del negocio global

Lunes 27 de Junio del 2016

Desfile en Nueva York de la firma Carolina Herrera.

Desfile en Nueva York de la firma Carolina Herrera. Victor Virgile

España tiene una presencia minoritaria pero no despreciable en el mundo del lujo. Cinco de las 100 firmas más valiosas del sector son españolas, y sus ventas alcanzan de media los 600 millones de euros al año. Representan el 1,5% del sector a nivel global, según el último informe Global Powers of Luxury Goods 2016 de Deloitte. Una cuota considerable pero largamente inferior a la de marcas italianas y francesas, que copan respectivamente el 17% y el 23,5% de la venta global de artículos de alta gama. España también se coloca por detrás de Reino Unido, cuyas siete principales empresas de lujo doblan las españolas en cuanto a presencia en el negocio global, hasta un 3%.

Cinco grandes familias representan a España entre las firmas más importantes del sector del lujo. El grupo de moda y perfumería Puig, propietario de marcas como Paco Rabanne, Nina Ricci y Jean Paul Gaultier, es el más valioso entre los españoles. En 2014 facturó más de 1.900 millones y se coloca en la posición número 24 de la clasificación de Deloitte. Las otras cuatro compañías, Textil Lonia, Tous, Festina Lotus y San Patrick, tienen todas cuotas de negocios inferiores.

La gallega Textil Lonia, que opera con Purificación Garcia y Carolina Herrera, obtuvo en 2014 (el año analizado por Deloitte para ofrecer una visión global del sector) unos 350 millones de ventas. Joyería Tous y Festina ganaron algo menos, unos 321 y 255 millones, respectivamente. Estas tres firmas ocupan las posiciones 71, 72 y 85 del listado de la consultora. Mientras que San Patrick, el grupo dueño de marcas como Pronovia y La Sposa, se coloca en la posición número 96, con 177 millones de facturación.

Examinando las cifras de las empresas españolas destaca el ascenso de Puig y Joyería Tous, con un crecimiento de ventas de más de dos dígitos (10,1% y 11,5%) con respecto al año anterior. Pero también la distancia que les separa de las primeras filas de productores de artículos de lujo. LVMH, dueña de marcas como Louis Vuitton, Fendi y Bulgari, obtuvo en 2014 ingresos por más 20.000 millones, y lidera la lista de las empresas más valiosas del sector, por delante de las suizas Compagnie Financiere Richemont (con Carter, Montblanc y Chloé en su cartera) y la estadounidense Estée Lauder. En cuarta posición está la italiana Luxottica.

Las ventas de las 100 mayores compañías de lujo del mundo registraron una facturación conjunta de 222.000 millones de dólares (196.000 millones de euros al cambio actual) en el año fiscal que abarca el informe, lo que supone que se incrementaron un 3,6% durante este periodo. El top 10 acaparó casi el 47,9% del negocio total.

España, patria del lujo barato

España es fuerte sobre todo en el segmento del lujo barato, el llamado low-luxury. Empresas como Tous e incluso Inditex han sabido comercializar productos de lujo más accesible, pero con respecto a los gigantes transalpinos la brecha sigue siendo de "narrativa", sostiene Juan José Peso, socio responsable de moda y lujo de Deloitte. "España es un país que produce artículos muy buenos, pero que no los sabe vender", explica. Y agrega: "Italia y Francia han sabido vender increíblemente bien sus productos, a través de conceptos como el savoir fair o la alegría mediterránea. A nosotros, en cambio, aún nos falta una narrativa que nos diferencie".

Otro aspecto que en estos años ha impedido al lujo español crecer ha sido la falta de "cultura del lujo" de las elites nacionales, sostiene Peso. Un estudio llevado a cabo en Facebook por Deloitte ha mostrado que, a diferencia de las elites chinas, las clases altas españolas están menos interesadas en productos de marcas. "Las elites españolas no son gran consumidoras de lujo", resume este experto.

En la diana de todos los productos mundiales de lujo está, desde hace años, el consumidor chino. Este sector, que en 2015 facturó algo más de un billón de euros en todo el mundo, sigue dependiendo mucho de los viajeros chinos y de sus compras en el extranjero. "China sigue siendo el gran motor para este tipo de turismo, y se prevé que mantenga su posición de privilegio a medida que los más de 400 millones de millennials del país asiático (...) se integren en el mercado de trabajo y se conviertan en potenciales consumidores", destaca la consultora en una nota.

El turismo de compras significa el 40% de las ventas del negocio del lujo, calcula Deloitte, aunque subraya la importancia del canal digital para ampliar el abanico de clientes en el futuro. Una vía, la de la distribución por Internet, que, sin embargo, sigue despertando escepticismo entre algunos operadores, acostumbrados a pensar que masa y consumo del lujo son palabras que nunca pueden ir de la mano.

Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2016/06/17/actualidad/1466184061_714369.html