¿Por qué sientes que te vas a desmayar?

Miércoles 24 de Agosto del 2016

Estás en el súper, en una cena con amigos o en la calle y, sin previo aviso, sientes que te mareas. Te falta el aire, tus músculos se tensan, tu corazón late con fuerza, te falta estabilidad, empiezas a temblar y, sin duda, piensas que te vas a desmayar. "¿Y si me desplomo aquí mismo, delante de toda esta gente?". La idea te aterra y los síntomas se acentúan. Crees que es un ataque cardiaco, un tumor cerebral, un ictus... "Esto es algo grave", deduces.

Susana Navarro, maquilladora en una cadena de tiendas de cosmética y con una hija de seis años, conoce bien esos trances. "Llegué a sufrirlos tres veces a la semana. Cuando padecí los primeros, hace ya más de un año, lo consulté con mi médico", explica. Primero le mandaron hacerse análisis de sangre y de orina, y llevar un Holter (un aparato que registra los ritmos cardiacos) durante 24 horas. Más tarde vinieron la espirometría, las visitas a los otorrinos, oftalmólogos y neurológos... pero ninguna de las pruebas dio con la causa de sus mareos.

Estrés oculto

Finalmente, y por recomendación del médico de Atención Primaria, Susana acabó en la consulta del doctor Ricardo Angora, un psiquiatra. "Resultó que el origen de mis mareos estaba en el estrés que sufría por la situación económica en la que vivíamos. Mi marido llevaba dos años en el paro y solo con mi sueldo no podíamos pagar la hipoteca ni llegar a fin de mes. Yo intentaba disimular, pero estaba cada vez peor. Hoy sé que solo consigues superar el problema analizando sus causas y aprendiendo ciertas tácticas, como la respiración profunda o la relajación progresiva. Lástima el tiempo que pasé sin saberlo".

No asociamos los mareos al estrés porque este no pasa por nuestra consciencia.

"Aunque son muy alarmantes, este tipo de mareos no suelen suponer peligro para la vida", explica el doctor Ricardo Angora, que es vocal del Colegio de Médicos de Madrid. Los síntomas de los que habla pueden durar minutos o hasta media hora y repetirse varias veces a la semana durante meses, aunque no se suelen cronificar.

En general se producen por estrés psicológico, pero también pueden deberse a estrés físico (cansancio, sobreesfuerzo...), abuso de cafeína y otras sustancias adictivas, e incluso por culpa de un síndrome de abstinencia a ansiolíticos. "Hay un sumatorio de causas, pero en la mayoría de los casos se dan en situaciones que la persona siente que no puede controlar lo que le sucede y lo interpreta como una amenaza", explica el especialista.

¿Por qué no sabemos establecer sus causas y atribuimos esos mareos a otros problemas de salud? ¿Por qué no reconocemos al estrés y la ansiedad como causantes de esas crisis tan alarmantes? La respuesta del experto es clara: "No lo vemos porque la respuesta al estrés no pasa por la consciencia. Es un patrón automatizado desde nuestros orígenes, cuando vivíamos entre fieras salvajes y otras amenazas reales y teníamos que salir huyendo a toda prisa o bien luchar contra ellas para eliminarlas".

Pero las amenazas en la actualidad son más sutiles y no sabemos identificarlas. Por eso, el tratamiento de esas crisis pasa primero por analizar qué las está provocando. Por supuesto, antes de determinar que su origen es el estrés o la ansiedad, tenemos que descartar enfermedades físicas (cardiacas, endocrinas, respiratorias, neurológicas...) que pueden provocar síntomas parecidos.

Una vez descartadas, el médico ha de hablar con el paciente para ver qué problemas pueden estar actuando como "estresores". "A partir de ahí ya podemos trabajar con él y enseñarle a utilizar recursos y habilidades "desestresantes" que le ayuden a controlar esos episodios. Si se consigue, los mareos desaparecen", concluye el especialista.

Una larga lista:

Según el doctor Angora, estos son los "estresores" más comunes que suelen estar detrás de ese tipo de mareos:

  • Incertidumbre económica. Deudas difíciles de afrontar, situación de paro laboral, sensación de no poder atender las necesidades familiares. "Son una de las situaciones que más incertidumbre y estrés provocan", señala el experto.
  • Problemas de relación persistentes. Tensiones familiares, de pareja, con compañeros de trabajo, con amigos... "No analizar ni verbalizar esos problemas genera muchas crisis", aclara el doctor Angora.
  • Inactividad tras la jubilación. La sensación de haber dejado de ser útil, de ser un pensionista, produce estrés a largo plazo. "Por eso hay que pensar en alternativas, como hacer voluntariado y otras actividades", comenta el especialista.
  • Anticipación de tests. Ansiedad por futuros exámenes, entrevistas de empleo, oposiciones, resultados médicos... "Una perspectiva no es una realidad, pero la anticipación también provoca estrés", puntualiza el doctor Angora.
  • Espacios reducidos. Convivir con otras personas en sitios pequeños, pisos compartidos o entornos agobiantes genera mucho estrés. "Los seres humanos somos muy territoriales y necesitamos nuestro propio espacio", explica el especialista.
  • Exigencias laborales. Plazos de entrega agobiantes, competitividad laboral, exigencias de rendimiento exageradas... también provocan altas tasas de ansiedad.
  • Traumas físicos o psicológicos. Entre los que figuran la pérdida de un ser querido, sufrir un accidente, incendio, atraco, cambiar de ciudad o de país...
  • Exceso o falta de interacción social. Un exceso de interacción con el entorno puede ser tan malo como su defecto. "Hay que buscar el equilibrio y desarrollar habilidades sociales", aconseja el doctor Angora.
  • Falta de actividades "desestresantes". El déficit de actividades que nos permitan relajarnos y disfrutar de verdad, como salir al cine o al teatro, escuchar música, bailar, hacer más vida al aire libre aumenta la ansiedad.

Personalidad

Pero no todo viene de fuera. "Las personas con personalidad impulsiva suelen volverse agresivas e irritables en situaciones de estrés crónico. Las personas más dependientes suelen responder de una forma dramática, sobreactuando, por ejemplo diciendo que se van a morir, que necesitan urgentemente un médico... No están mintiendo. Lo piensan de verdad, pero pierden el control con este tipo de conductas que indican desadaptación", explica el psiquiatra.

El abuso del alcohol y los ansiolíticos son otras salidas falsas a este problema, lo mismo que la necesidad de comer en exceso. "En cualquiera de los casos, hay que buscar la ayuda de un especialista que realice una psicoeducación con el paciente y le proporcione herramientas para ayudarle a controlar ese estrés", asegura el doctor Angora.

Evita perder el control:

Si notas que vas a desmayarte, recurre a estas técnicas:

  • Haz respiración profunda. Coloca la mano sobre el vientre y nota cómo se hincha al inhalar aire por la nariz. Mantén la respiración unos segundos. Expulsa el aire lentamente, notando como se deshincha el vientre. Repite tres veces.
  • Recurre a la relajación muscular progresiva. Tumbada, tensa y luego relaja los distintos grupos musculares, empezando por los pies y acabando en el cuello. Si tus músculos están relajados, tu mente también lo estará.
  • Conócete a ti misma. Eso supone identificar tus límites, tus reacciones...
  • Activa tus redes de apoyo. Todos necesitamos el apoyo de familiares y amigos que nos hagan sentirnos comprendidos.
  • Comunícate. Compartir los problemas con profesionales o personas de confianza ayuda a descargar ansiedad y a identificarlos.
  • Acude a terapias de grupo. Ver que otros tienen los mismos síntomas alivia muchísimo.
  • Organízate. La organización da sensación de control. El cerebro necesita planificación.
  • Cuídate. Descansar lo suficiente, seguir una dieta rica en nutrientes, hacer actividades relajantes ayudan a prevenir las crisis por estrés.
  • No recurras a los ansiolíticos. Solo están indicados si los receta expresamente un especialista.

¿Será psicológico?

Enfermedades que hay que descartar antes de atribuir los mareos a problemas psicológicos.

  • Arritmias cardiacas, insuficiencia cardiaca, prolapso de la válvula mitral, isquemia de miocardio...
  • Asma, alergias, tromboembolismo pulmonar...
  • Hipoglucemia, hiper o hipotiroidismo, problemas en las glándulas suprarrenales.
  • Crisis epilépticas parciales (ausencias).

Hormonas del estrés, las "culpables" de tus mareos:

El estrés aumenta los niveles de hormonas como el cortisol o la adrenalina, que provocan cambios psicológicos, fisiológicos y emocionales. Es una respuesta heredada de nuestros antepasados que "dispara" las capacidades del organismo para enfrentarnos a una amenaza o a salir huyendo despavoridos. Algunos de esos cambios hacen que aumente el flujo de sangre a partes del organismo necesarias para la supervivencia y otros lo reducen en partes no tan necesarias. En general, conllevan un aumento del ritmo cardiaco, respiratorio y una gran activación muscular, todo lo cual puede hacerte sentir que te vas a desmayar.

Fuente: http://www.mujerhoy.com/vivir/psicologia/201608/19/sientes-desmayar-mareos-20160819132653.html