La culpa de que te guste lo salado la tiene tus genes

Miércoles 23 de Noviembre del 2016

La culpa de que te guste lo salado la tiene tus genes

Los especialistas recomiendan reducir la ingesta de sal (Daniel Grill / Getty)

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Si eres de esas personas que siempre le añade un extra de sal a la comida o te gusta cocinar platos con bastante sal tienes un problema. Una de las recomendaciones que hace la OMS para una buena salud cardiovascular es el consumo moderado de sal. Sin embargo, los españoles tomamos el doble de sal –unos 10 gramos diarios- de lo que recomienda la OMS -5g/día-. Pero como muestra un estudio dirigido por investigadores de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Kentucky (EE.UU.) la culpa de que te guste tanto la sal no es tuya, es de tus genes. Una evidencia que te hace inocente delante de esta mala costumbre pero que te anuncia que dejar de tomar sal te será mucho más difícil porqué eres una persona genéticamente predispuesta a la voracidad por este condimento.

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sal (GCShutter / Getty)

Una investigación anterior, según los autores, demostró que las personas que tienen una de las dos variantes más comunes de un gen (TAS2R38) que realza la percepción por el gusto amargo es probable que eviten los alimentos cardiosaludables con características amargas, como el brócoli y los vegetales de hojas verde oscuro.

En este trabajo, los autores buscaron determinar si esas variaciones genéticas sobre el gusto amargo también influirían en otras opciones de alimentos. Para ello, analizaron los hábitos alimenticios de 407 personas (con una edad media de 51 años y el 73 por ciento mujeres) con dos o más factores de riesgo de enfermedad cardiaca y que estaban participando en un estudio de reducción de riesgo cardiovascular en la zona rural de Kentucky.

Comparando a estas personas con una o dos de las variantes de los genes TAS2R38 que mejoran la percepción del gusto amargo con individuos que no tienen esta variante, los científicos hallaron que las personas que tienen más percepción del sabor amargo tendían casi el doble de sal. Concretamente 1,9 veces más que el límite diario mínimo recomendado de sal.

También es relevante que estos mismos participantes que heredaron un sentido aumentado del sabor amargo mostraron una probabilidad menor de exceder las recomendaciones sobre el consumo diario de azúcar, grasas saturadas y alcohol, que se sabe que también tienen un impacto negativo sobre la salud cardiovascular.

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sal (elena moiseeva / Getty)

Jennifer Smith, directora de esta investigación presentada en el marco de las Sesiones Científicas 2016 de la Asociación Americana del Corazón que se están celebrando en Nueva Orleans (EE.UU.), «los factores genéticos que influyen sobre nuestro sentido del gusto no son necesariamente evidentes para la población, pero pueden impactar sobre nuestra salud cardiovascular al influir sobre nuestra selección de los alimentos».

Smith también plantea que “hay algunas investigaciones que sugieren que las personas que perciben el sabor amargo más intensamente también pueden degustar la sal más intensamente y disfrutar más, lo que lleva a un aumento de la ingesta de sodio Otra teoría es que utilizan la sal para enmascarar el sabor amargo de los alimentos y consumen más sodio”

Los investigadores del estudio creen que la predisposición genética hacia algunos sabores podría, en un futuro, emplearse para seleccionar los alimentos más cardiosaludables para cada persona en función de sus preferencia genéticas.

Fuente: http://ow.ly/3vyf306sXo7