Si te cuesta hacer ejercicio, los genes tienen parte de responsabilidad

Martes 14 de Marzo del 2017
  • El peso no es determinante y la actitud es más importante a la hora de imponerte una rutina deportiva

Si te cuesta hacer ejercicio, los genes tienen parte de responsabilidad

Pasar muchas horas ante el televisor quita tiempo para salir a caminar o practicar un deporte (franckreporter / Getty)

Los has leído y escuchado mil veces: muévete. Levántate del sofá y sal a caminar. Organiza los tiempos en el escritorio, ante el ordenador de casa o del trabajo, o ante una pantalla y haz un hueco para practicar un deporte o una rutina de ejercicios. El sedentarismo engorda y no es bueno para la salud en general.

“Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir arterioresclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias”, afirma la Fundación Española del Corazón en su página web. Advertencias de este tipo también te suenan, pero sigues igual. “Es que soy así. No me gusta el deporte”, te repites.

Las jornadas laborales interminables, uno de los aspectos que favorecen el sedentarismo (xavierarnau / Getty)

Aunque la falta de apetito por el movimiento carece de excusa, Rodney K. Dishman, profesor del Departamento de Kinesiología de la Universidad de Georgia (EE.UU.), ha detectado que la dopamina, neurotransmisor responsable, entre otros aspectos, de la regulación del sueño, el humor, el aprendizaje, la actividad motora, la motivación o la recompensa tiene algo que ver en esa vagancia.

“Nuestro ensayo con seres humanos sugiere que las variaciones en los genes que codifican la dopamina y otros neurotransmisores relacionados con la actividad física explican el grado de dinamismo” de una persona, ha manifestado. “Estos genes también actúan indirectamente, en relación con la motivación de las personas para ser activas y también con los rasgos de personalidad”.

Sin embargo, como tantas cosas en el funcionamiento del organismo, la genética de la dopamina no lo es todo. Los genes por sí solos no explican el comportamiento humano y no se les puede cargar la culpa de la falta de movimiento.

“Se puede afirmar que la genética influye de alguna manera, pero no de forma tan importante”, sostiene Rocío Cupeiro, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y profesora de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid.

Asistir a sesiones de ejercicio grupales facilita que nos enganchemos al deporte

Asistir a sesiones de ejercicio grupales facilita que nos enganchemos al deporte (Tempura / Getty)

“La información genética determina, en parte, la mayoría de nuestros rasgos, ya sean físicos o de personalidad. Sin embargo, en el hecho de que una persona haga más o menos deporte influyen muchísimos más factores. Los investigadores señalan que no solo está la información genética, sino también otros rasgos de la personalidad como el autocontrol, la fijación de objetivos o la habilidad para aprender el deporte, las influencias sociales o el acceso a instalaciones o actividades deportivas”, añade.

Si los genes no juegan un papel definitivo, es la actitud la que debe cambiar para despegar el culo de un asiento. La voluntad no siempre es fácil de moldear, por lo que Cupeiro sugiere entrenar en grupo, acudir a clases colectivas, “en las que tenga el apoyo social de otras personas que también realizan la misma actividad”.

También aconseja escoger un lugar de entrenamiento que resulte accesible; rodearse de entrenadores con una buena formación, “que sepan guiar y variar un entrenamiento”. Y sobre todo, “seleccionar actividades que sean de mi agrado y no pretender conseguir todos mis objetivos en el primer mes de entrenamiento”.

Acudir al gimnasio con entrenador personal, una forma de mantener en alza la motivación

Acudir al gimnasio con entrenador personal, una forma de mantener en alza la motivación (EmirMemedovski / Getty)

Fuente:  http://ow.ly/itJh309ThJS